Tomé un tiempo para comprender el reglamento y estoy
ejercitando el ojo para saber cuando un servicio lo cumple y cuando no; no es
fácil, mucho menos desde la perspectiva de quien observa al costado de la red.
Un servicio correcto, comienza con la pelota apoyada en la
palma de la mano abierta, estática, detrás de la línea de fondo, por encima de
la superficie de la mesa. Sigue siendo correcto si al ser lanzada asciende verticalmente
16 cm desde que pierde contacto con la mano, si no se le imprimió efecto al
arrojarla, si cuando finalmente se la impacta ha comenzado a descender y no se
encuentra sobre la mesa y, si desde su condición de reposo en la mano hasta que
fue impactada, todo el tiempo estuvo a la vista del adversario. Es necesario
también esperar a que el receptor del saque esté listo para iniciar la acción.
La gran parte de las faltas que logré observar, se producen
en el inicio del servicio:
· Mano con la pelota sobre la mesa.
· Mano cerrada.
· Pelota sobre los dedos y no sobre la palma.
· Mano con la pelota debajo de la mesa.
· Mano y pelota no permanecen estáticas previo al
lanzamiento.
· No se espera a que el receptor esté preparado.
También interpreté que en su mayoría, estas faltas, son
cometidas sin intención, muchas a causa de la ansiedad de volver a poner la
pelota en juego, y que rara vez, se obtiene una ventaja en el juego.
Basados en esta apreciación subjetiva de que no se obtiene
ventaja y mientras que el rival no se queje, usualmente el árbitro o juez, omite
sancionar, dejando de lado todos los aspectos objetivos que definen la validez
del saque, sin percibir que se expone innecesariamente a ser cuestionado y que
las omisiones terminan haciéndole perder autoridad en caso de presentarse
cualquier otra situación que requiera su intervención en el desarrollo de un
partido. Es frecuente que cuando un árbitro omite actuar en este tipo de infracciones,
al querer marcar otra falta, el jugador sancionado reaccione señalando las
faltas de su adversario pasadas por alto. Lo que en un principio parece sumar
para evitar problemas, termina siendo un problema ya sin solución.
Desde el lugar del árbitro, las mayor dificultad radica en
saber si la pelota ascendió 16 cm desde que pierde contacto con la mano y si en
algún momento, quien ejecuta el saque, obstruyó la visual de la pelota. Su
perspectiva, sentado al costado de la red no lo ayuda. Aquí las mañas, sobre todo
en los jugadores expertos, comienzan a ganar terreno y las dudas del árbitro
terminan en faltas no sancionadas. Y otra vez, faltas evidentes, también
permanecen sin sanción por aquello de que '...si el rival no se queja...'.
Más fácil de evaluar, pero que despierta igualmente dudas y
discusiones, es la trayectoria vertical de la pelota al ser lanzada desde la mano.
En este sentido, el reglamento dice: '...hacia arriba lo más verticalmente
posible...' y entonces el rango de la tolerancia no encuentra una medida
cierta. ¿Cuánto puede desplazarse del sitio de lanzamiento la pelota? Diría que
no más de 30 grados, tomando como vértice el lugar más alto alcanzado por la
pelota.
En los torneos de TMT, usualmente, no se cuenta con árbitros
y quienes ocupan su lugar son otros jugadores que solo cumplen la función de
contar tantos. Estos jugadores, en posición de árbitros no deben resolver situaciones
del juego, sólo reflejar en el tanteador lo que produce el consenso entre los
jugadores que se encuentran compitiendo. Cuando se produce alguna discrepancia
entre los jugadores, es el Juez General, quien debe resolver la situación.
Obviamente, no es posible para el Juez General, seguir punto por punto lo que
sucede en todas las mesas, pero es, de todos modos, quien debe resolver la
continuidad del juego y su fallo es inapelable. Es recomendable que el Juez General
observe los hábitos de saque de cada jugador y que actúe preventivamente
señalando los errores a cada jugador que recurréntemente realiza servicios
ilegales o al filo del reglamento. Cuando en un partido se suceden discusiones entre
los adversarios a causa de la legalidad del servicio, puede solicitarse al Juez
General que oficie como árbitro en lugar de quien cuenta los tantos.
El saque es el aspecto del juego que más controversias
produce y para evitarlas se requiere el compromiso de cada jugador para comprender,
cumplir las reglas y aceptar las decisiones arbitrales, el compromiso de los
árbitros de advertir y sancionar cuando se producen faltas, y el de los clubes
y entrenadores para instruir a sus jugadores en cuanto, además de cómo realizar
un saque eficiente, a realizarlo de la manera correcta.