¿Cómo empezaste a jugar al tenis de mesa?
Bueno, agarré la paleta con la mano derecha y empecé a darle a la pelotita con gran talento. Ah! Vos te referís a mis comienzos…
Bueno, resulta que era compañero de colegio del mítico Martín Paradela y también era socio de GEBA, entonces básicamente de charlar con Martín en el colegio, surgió la idea de visitarlo en GEBA donde él era entrenador allá por 1991.
Empezó como un esparcimiento y de a poco me fue picando el bichito competitivo que sumado a horas de entrenamiento (de Lunes a Sábado, unas 4 horas por día), el buen clima y los amigos que había hecho en el club, me metí de lleno y tras varios torneos jugados como aficionado en el Parque Chacabuco, me federaron en ese entonces en Tercera categoría de FeTeMBA (Federación de Tenis de Mesa de Buenos Aires y Conurbano).
Me acuerdo que no éramos demasiados en el ranking metropolitano (menos de 100 jugadores), que los torneos eran a doble eliminación y que en mi primer torneo perdí desastrosamente contra Gleizer de Lanús y contra Hugo Navarro (el papá de Víctor “Emoción” Navarro) que me ganó jugando con una “chancha”. En ese entonces yo jugaba con dos gomas lisas Sriver.
¿Cómo describirías tu estilo de juego? ¿Contra que estilos te sentís más cómodo? ¿Contra cuáles te cuesta más?
Mi estilo de juego es básicamente oportunista, mental y de movimientos precisos, sin demasiado gasto de energía. Defiendo con una C-8 en el revés y ataco con una Andro Revolution de drive (goma obsequiada por Rodrigo Gilabert). Mi madera es una Andro Fibercomp defensiva. Pero te diré que he probado casi todas las gomas y estilos de juego posibles en el afán de entender a mis rivales.
Me siento más cómodo jugando contra jugadores que atacan rápido y muy bien, pues facilitan mi estrategia. Me cuesta bastante enfrentar a