
TMT: Varios integrantes de tu familia participan del circuito,
debo suponer que por ese motivo te acercaste a participar.
MW: En realidad el primero de la
familia que participó de los torneos TMT fui yo. Si bien mi tío Alejandro jugaba hace unos años, ya
estaba alejado del deporte, después de que yo empecé a jugar mi papá se entusiasmó se anotó él y
anotó a mi tío y a mi primo (Dylan) sin avisarles.
TMT: Entonces tenés que contarme como
empezaste vos.
MW: Un día fui a una fiesta de cumpleaños al club Náutico Buchardo con mi amigo
Pablo Beserman, y coincidió que ese día había torneo. Si bien yo jugaba alguna que otra vez, lo que
vi ese día era algo completamente distinto a lo que yo conocía. Y claro estaban jugando 2ª
categoría. Me entusiasmé y le pregunté a Nico Linenberg como tenía que hacer para participar
de los torneos. El me dijo que en Google buscara TMT y que allí encontraría la forma de hacerlo. Mi
intención era jugar torneos y divertirme. Uno piensa que jugando los torneos se va a divertir, pero
no te divertís mucho si te va mal y perdés casi todos los partidos.
TMT: ¿Te fue muy mal de
entrada?
MW: Y en un mes perdí 111 puntos, fue entonces que decidí buscar un club. Si bien
practicaba un poco en Hebraica, donde también jugaba futsal, quería encontrar un club en la zona
sur. Es así como llegué al club Rioja.
TMT: ¿Y cómo te fue en Rioja?
MW: La verdad es que
mejor imposible, y no sólo por lo que pude aprender en lo que se refiere al deporte. Tengo un
agradecimiento muy grande para toda la gente de allí, en especial para Coralia del Carmen
Vergara que es una persona que te llena de afecto, pero que también te pone los puntos cuando es
necesario, además tuve la posibilidad de entrenar con Paula Fukuhara algo que realmente es un lujo.
Y como si todo eso fuera poco me permitió conocer a un amigazo como Sergio
Mendoza.
TMT: A pesar que en los torneos te iba mal decidiste seguir, ¿que fue lo que te
impulsó a hacerlo?
MW: Y es que me gusta mucho el juego, tanto que hasta dejé de jugar futsal, es
que sabía que entrenando podía mejorar.
TMT: Recuerdo haberte visto jugar partidos en aquella
época, y me di cuenta que sos bastante temperamental, y a veces te he visto tener algunas reacciones
un poco explosivas. Ahora hace rato que no te veo jugar, ¿lograste superar ese tipo de
reacciones?
MW: Afortunadamente pude superarlo, pasaba que me enojaba mucho conmigo mismo, ya que
sabía que podía rendir más, y me descontrolaba un poco cuando las cosas no me salían. Pero me di
cuenta que me rendía mucho más usar esa energía en el juego que desperdiciarla con los
enojos.
TMT: Un amigo de este deporte me dijo una vez que los jugadores en un momento hacen
un click y empiezan a desarrollar un juego efectivo y rendidor. ¿Vos cuando te diste cuenta que
hiciste ese click?
Nota: Aquí interviene Sergio, el orgulloso padre.
SW: Quizás el no lo
recuerde, pero fue en un partido que le ganó a Pablo Ferro en Nichia. Yo en ese momento me di cuenta
que la cosa iba en serio. Si bien había mejorado en los últimos torneos, era el primer triunfo
realmente importante que conseguía.
TMT: ¿Y vos que pensás, fue así como ocurrió?
MW:
Como te dije antes yo sabía que podía dar más, pero no se daba, hasta que en un fin de semana sumé
141 puntos jugando 5ª en tres torneos. Aparte ese fin de fin de semana gané mi primera final. Pasé
de tener 491 a 632 puntos. Nunca tuve entre 500 y 600 puntos. Creo que ese fin de semana empezó el
cambio.
TMT: En un país futbolero como el nuestro, en el que todos son técnicos, y dicen, que
de ver como se para un jugador ya saben como juega. En el tenis de mesa ¿pasa lo mismo?
MW: Yo te
puedo decir que en mi caso puedo darme cuenta después de jugar un rato. Un set por ejemplo, yo ya se
como tengo que jugar para ganar el partido. De ahí a que se de es ot